- Entrevista Semiestructurada
- Evaluación cognitiva
- Informe neuropsicológico
- Intervención neuropsicológica
- Reevaluación neuropsicológica
- Alta y seguimiento
En la primera entrevista con los padres hay dos objetivos principales:
1. Establecer el motivo principal de consulta y obtener toda la información necesaria, que variará dependiendo del problema específico. Generalmente se recoge información sobre toda la vida del niño desde el embarazo hasta la actualidad de las diferentes áreas (cognitiva, social, emocional, escolar), así como antecedentes médicos, familiares y todas las características de la problemática cuándo se inició, frecuencia, intensidad, variabilidad.
2. Resolver todas aquellas dudas que tengan los padres y explicar el proceso de evaluación.
Dependiendo de la naturaleza del caso, en esta primera visita se pueden solicitar informes de otros profesionales, cuestionario para padres y profesores, registro de conductas.
También puede ser necesario obtener información que nos puedan proporcionar otros profesionales sanitarios o educativos que trabajen o hayan trabajado con el niño.
La evaluación variará dependiendo de la problemática, pero generalmente incluye test y baterías que valoran las diferentes capacidades cognitivas, capacidad intelectual, atención y funciones ejecutivas, visopercepción, visoconstrucción, memoria verbal y visual, lenguaje, lectura y escritura. No sólo se evalúa lo que inicialmente es el motivo de consulta, sino todas aquellas áreas o capacidades que puedan estar involucradas, que puedan ser causa de la dificultad o desarrollarse peor como consecuencia de esta, así como otras capacidades que puedan suponer puntos fuertes sobre los que se apoyará la futura intervención.
También se pueden incluir otros métodos para recoger información, como registros de conducta o cuestionarios, para el niño, los padres o los profesores, que aborden temas cognitivos o de otros ámbitos por lo general emocional y social.
En ocasiones, ya sea tras la entrevista a los padres u otros profesionales o al finalizar la evaluación, se requiere derivar a otros profesionales para obtener información de otra índole, ya sean otras áreas de fonoaudiología, que necesiten ser evaluadas en profundidad, u otros ámbitos como neurólogos, psiquiatras, u optómetras.
Los resultados de las pruebas se comparan con el desarrollo esperado o con grupos de sujetos de similares características edad, curso escolar, capacidad intelectual. De esta manera se obtiene información detallada y completa sobre el diagnostico, como la causa cognitiva, la gravedad, el pronóstico.
Si es necesario y cumple los criterios de algún trastorno del desarrollo, la evaluación puede conllevar un diagnóstico. Es importante tener en cuenta que el diagnóstico nos permite direccionar adecuadamente un tratamiento específico, adecuado y funcional para el niño y con este potencializar sus habilidades sociales, intelectuales, emocionales.
Del mismo modo, se brindan pautas y recomendaciones a los padres.
La estimulación cognitiva nunca es igual para dos niños, aunque tengan dificultades similares o el mismo diagnóstico. Está determinada por las áreas en las que el niño muestra dificultades y, específicamente, los procesos alterados. También es importante tener en cuenta las habilidades fuertes, así como los gustos o intereses sobre los que trataran los materiales para trabajar.
Un aspecto muy importante de las sesiones de intervención es el juego del final, por varios motivos: el juego permite mantener la motivación, teniendo en cuenta que en las sesión los niños trabajan aquellas áreas en las que tienen mayores dificultades, por lo que pueden desmotivarse y esforzarse menos en las sesiones futuras; en la misma línea, sirve como premio cuando trabajan bien y se les puede quitar en aquellas sesiones donde no se esfuercen, es importante destacar que el juego depende del esfuerzo y no de los resultados; se pueden usar juegos para trabajar de manera más lúdica algunos procesos que están alterados o estimular para un mejor desarrollo aquellos puntos fuertes que tiene.
A lo largo de la intervención se hace un seguimiento de los progresos cada cierto tiempo, lo que permite modificar los objetivos, adecuando las tareas al nivel que tenga el niño, es muy importante valorar bien las tareas para que supongan un reto para el niño y sean efectivas para estimular los procesos alterados pero que no sean excesivamente difíciles, pues daría lugar a muchos errores y pueden implicar desmotivación. Además de valorar los progresos, cada seis meses o un año dependiendo de diferentes factores, se debe hacer una reevaluación neuropsicológica de las áreas afectadas que permitan establecer con mayor precisión los objetivos a corto y medio plazo, valorar la evolución para identificar si las estrategias utilizadas no están obteniendo los resultados esperados.
Cuando se han obtenido los resultados esperados a pesar de las dificultades, ya ha aprendido las estrategias para continuar sin estimulación cognitiva, se da el alta y se realiza un seguimiento que variará dependiendo del tipo de diagnóstico.
En ocasiones, es un alta temporal y se debe retomar la intervención si cambian de manera rápida las demandas o cuando no se ponen en marcha las estrategias aprendidas.